De la historia reciente sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, se pueden sacar unas cuantas conclusiones muy sencillas:
- Aunque muchos hayan elegido a unos pocos para que les "representen", es evidente que no les pueden representar por igual en todas las decisiones que se realizan en 4 años (aunque sea a la velocidad extra lenta de los políticos y funcionarios).
- ¿cuantos de los que votaron a los partidos que han decidido realizar esa prohibición están de acuerdo con esa decisión?
- También puede haber otro motivo escondido en esta decisión: La de crear el turismo taurino, ya que ahora los residentes en Cataluña van a tener que desplazarse fuera de Cataluña para ver una corrida de toros en directo.
- Para mí habría sido mucho más razonable que digeran: A nosotros, que gobernamos algunos medios públicos, no nos gustan los toros, por lo tanto no vamos a hablar de ellos. Traducido: No se realizarán emisiones de corridas de toros, ni se hablará de ellos en nuestros noticiarios, ni vamos a organizar corridas de toros, pero, no vamos a prohibir un negocio privado, aunque nos llevemos una buena tajada de cada corrida con los impuestos correspondientes. Así que, si hay organización privada de las corridas, se pueden realizar.
- ¿Habrán pensado en qué uso les van a dar ahora a las plazas de toros? no lo creo: político y planificación son palabras que no van juntas en este país.